Los 10 mandamientos de la innovación

Se habla de innovación diaria y permanentemente pero muchas son las personas y las organizaciones que NO saben cómo se da inicio a un proceso que realmente garantice resultados de innovación.
La mejor forma de abordar la innovación desde el Ser y el Hacer es empezar por esos 10 mandamientos que debemos cumplir siempre que pretendamos a nivel personal y organizacional generar productos, servicios, procesos, proyectos y toda clase de desafíos creativos e innovadores. Y esos 10 mandamientos son:
- Estar en permanente comprensión y observación del entorno: ser consciente del presente y de lo que está sucediendo alrededor.
- Cuestionar y replantear de manera permanente y propositiva: No conformarse con lo que es ni con lo que debería ser.
- Detectar oportunidades a través de la curiosidad: Buscar, imaginar, seguir buscando hasta ver lo que está escondido.
- Desarrollar el pensamiento creativo: Generar y practicar constantemente el arte de la creatividad. Volver a la imaginación.
- Identificar Oportunidades Innovadoras: Detectar cuáles de las oportunidades encontradas serán las que impliquen una verdadera innovación
- Salir de la zona de confort: Ir más allá de lo que es normal y rutinario, dar un paso a lo desconocido para conocer
- Adaptarse al cambio y tolerar el riesgo controlado: Imposible innovar si no se permite el cambio o el riesgo calculado.
- Reconocer errores y aprender del fracaso: El margen de error debe ser uno de los elementos permanentes del proceso de innovación. Sólo así se podrán generar resultados innovadores.
- Fortalecer la cultura innovadora: El proceso innovador no es uno solo, no se presenta en un solo momento, no tiene fecha de caducidad. Solo la permanencia genera cultura.
- Intentar, intentar, intentar: Cuando se tiene claro el objetivo y el horizonte es necesario intentar diferentes métodos para obtener diferentes resultados
Cada uno de los mandamientos de la innovación se debe trabajar en un proceso que permita que se conviertan en una carta de navegación y en una competencia inconsciente de los individuos que trabajan en las organizaciones. Igualmente en el desarrollo individual debemos tener hábitos de pensamiento creativo e innovador para facilitar actividades y procesos con el fin de alcanzar objetivos de manera productiva y óptima.
No se trata solo de tener un decálogo como guía, se trata de fortalecer el cumplimiento de cada uno de los mandamientos a través de herramientas prácticas y aplicadas a situaciones tanto cotidianas como estratégicas.